EN APOYO DE LA AMNISTIA PARA LOS INVOLUCRADOS EN EL PROCES

     Una de nuestras primeras reflexiones como colectivo giró en torno a lo que venimos llamando el proceso de la nueva Ley de Amnistiía que se está debatiendo actualmente. Nuestra posición ha quedado fijada en el siguiente artículo que ofrecemos a la opinión pública. Dichas conclusiones tras un fructífero debate obtuvo el apoyo del 75% de los participantes en el mismo. 




Antecedentes

El problema territorial en España es algo que siempre ha estado presente desde tiempos muy lejanos en lo que se pudiera llamar la formación de un Estado multinacional, en el que tuvieran cabida las diferentes sensibilidades que lo forman.

El problema se remonta a muchos años atrás, pero lo que aquí queremos hacer patente es lo ocurrido en épocas posteriores a la llamada Transición en las que, con la elaboración de una nueva Constitución, que tocaba muy de pasada el problema territorial, sí se daban pasos para aceptar un estado formado por nacionalidades.

En lo que respecta a Cataluña, el punto de inflexión vino derivado de un nuevo Estatuto de Autonomía, “el Estatut”, que supuso un cambio de paradigma en todo lo que se había venido trabajando en años anteriores.

Este Estatut había sido aprobado por el Parlament, aprobado en referéndum por los catalanes y por último ratificado por el Parlamento español, en el que el PP no gozaba de mayoría. Sin embargo, el PP dio el primer paso para la judicialización del problema, presentando una demanda de inconstitucionalidad en el Tribunal Constitucional, en el que ya se había encargado de colocar a sus jueces “afines” en tiempos de su Gobierno.

Esta demanda fue aceptada por el TC el día 28/6/2010, creando una situación de ruptura en la sociedad catalana, en la que se pasó del apoyo a la vía “autonómica” a un claro apoyo al soberanismo por una parte importante de los catalanes. Es decir, esta sentencia dio alas al independentismo.

Lo sucedido en años posteriores, no ha venido si no a aumentar ese sentimiento de ruptura con el Estado español. Con el PP en el Gobierno, lo que se hizo fue radicalizar a la población catalana y aumentar esos sentimientos, al no dar ningún tipo de salida política al problema.

Los hechos acaecidos a partir del 1 de octubre de 2017 aumentaron ese problema más aún. La respuesta dada por el gobierno del PP, con una actuación en muchos casos desorbitada de las Fuerzas de Orden Público, más las respuestas dadas llevando el problema al terreno de lo judicial, con total desprecio de la acción política, encresparon las posiciones.

En definitiva la situación actual es que, fruto de esas acciones judiciales un tanto desmesuradas según muchos juristas y con dudas razonables por parte de los tribunales europeos, existen alrededor de 1500 personas en procesos judiciales que pueden verse afectados por penas de diferente índole.

La situación que creó el mal hacer del gobierno del PP, desde sus inicios presentando demanda en el TC hasta cómo se manejaron los procesos siguientes llegando a la explosión del 1-O y su posterior tratamiento judicial, no ha podido ser más desafortunada y nos ha llevado a un estado que no ha podido ser manejable políticamente.

En ningún caso el PP ha ofrecido algún tipo de alternativas para reconducir la situación que ellos mismos crearon, tanto durante el último periodo electoral, como en el proceso que llevó a la investidura fallida de Feijoo y tampoco durante los tiempos que siguieron. Nada se sabe en lo referente a lo que ofrecen para una solución de los problemas que existen en Cataluña, salvo sus negativas a las propuestas que ofrecen otros partidos, incluida la de la amnistía.

Un paso importante, que de alguna forma modificó esta situación, fueron los  indultos, aprobados por el Gobierno de coalición PSOE-UP en junio de 2021, que inició un cambio de tendencias en la situación en Cataluña. Fruto de ello es el resultado de las últimas elecciones, en las que los resultados de los partidos claramente independentistas han decrecido de forma clara y manifiesta, la situación social en Cataluña se ha estabilizado y se abrieron márgenes de entendimiento entre el Gobierno del Estado y la Generalitat y los partidos que la apoyan.

   El problema judicial.

El proceso que se está siguiendo entre la judicatura española y los tribunales europeos (TJUE y TEDH), hacen peligrar la posición española y la visión que se tiene de su funcionamiento más allá de nuestras fronteras y dejan a los órganos judiciales en una situación que puede derivar en un gran descrédito por sus actuaciones. En realidad, en la UE Estados y Tribunales de los países más significativos, han ignorado las peticiones de los jueces españoles y en particular las del Tribunal Supremo. Esta situación ya ha ocurrido en el pasado, como pueda ser la sentencia del caso Parot y en el caso de las inversiones en energías renovables. La no renovación del CGPJ después de cinco años, tampoco añade nada positivo al descrédito de nuestra Justicia en Europa.

     Una Ley de Amnistía


´´Én esta situación, una Ley de Amnistía para los implicados en el “proces”, podría satisfacer los siguientes objetivos:

-         Sacar del atolladero a la judicatura española frente a los procesos que se siguen en Europa, que podrían conllevar una situación un tanto vergonzosa a los tribunales españoles si, como no sería descartable, estos en sus sentencias les “sacan los colores”.

-         Apoyar a una reforma del Poder Judicial, adaptándolo a las exigencias de nuestra pertenencia a la UE.

-         Reparar una actuación judicial posterior al 1-O, definida por muchos juristas como desmesurada y fuera de contexto en sus sentencias.

-         Devolver un clima de tranquilidad y de diálogo a la sociedad catalana en donde las partes se sienten, se escuchen y lleguen a acuerdos.

-         Sacar el problema de la judicialización y llevarlo al terreno político del que nunca debió salir.

-         Ayudar a afrontar la reforma estructural de los territorios del Estado, desde una visión política y de entendimiento.

-         La posible Amnistía en ningún caso se sale de lo que dicta la Constitución. Los redactores de esta no la mencionaron, lo que no quiere decir que no sea posible, si no que dejan al legislador su posible aplicación.

-         Las Amnistías no son algo nuevo en nuestro pasado y han sido aplicadas en diferentes situaciones, sin que nadie se haya rasgado las vestiduras y haya anunciado con ello la destrucción de nuestro país.

-         Las amnistías se aplican habitualmente en los ordenamientos de países como el nuestro en Europa. Existen casos cercanos y recientes de su aplicación.

-         En definitiva, la Amnistía lo que haría sería retrotraernos a la situación previa a la aprobación del Estatut, en donde el sentimiento independentista era minoritario y en donde se miraba con esperanza un marco de relaciones satisfactorias entre el Gobierno Central y los de los territorios, fundamentalmente en las nacionalidades históricas.

-         Por último, la Amnistía abre puertas a la formación de un Gobierno de progreso, en forma transversal y que aglutina en su apoyo a la investidura de Pedro Sanchez a todas las fuerzas que se oponen a un posible Gobierno formado por la derecha y la ultraderecha, incluyendo a todos los territorios y nacionalidades, algo nuevo y positivo en nuestra democracia.

-         Quedan por conocerse las cuestiones prácticas en su aplicación y que tendrán que estar incluidas en la Ley que el Gobierno en funciones presente a la sociedad, pero que, por las razones expuestas, en ningún caso quitarían valor a esta iniciativa.

-         Ayudar a afrontar la reforma estructural de los territorios del Estado, desde una visión política y de entendimiento.

-         La posible Amnistía en ningún caso se sale de lo que dicta la Constitución. Los redactores de esta no la mencionaron, lo que no quiere decir que no sea posible, si no que dejan al legislador su posible aplicación.

-         Las Amnistías no son algo nuevo en nuestro pasado y han sido aplicadas en diferentes situaciones, sin que nadie se haya rasgado las vestiduras y haya anunciado con ello la destrucción de nuestro país.

-         Las amnistías se aplican habitualmente en los ordenamientos de países como el nuestro en Europa. Existen casos cercanos y recientes de su aplicación.

-         En definitiva, la Amnistía lo que haría sería retrotraernos a la situación previa a la aprobación del Estatut, en donde el sentimiento independentista era minoritario y en donde se miraba con esperanza un marco de relaciones satisfactorias entre el Gobierno Central y los de los territorios, fundamentalmente en las nacionalidades históricas.

-         Por último, la Amnistía abre puertas a la formación de un Gobierno de progreso, en forma transversal y que aglutina en su apoyo a la investidura de Pedro Sanchez a todas las fuerzas que se oponen a un posible Gobierno formado por la derecha y la ultraderecha, incluyendo a todos los territorios y nacionalidades, algo nuevo y positivo en nuestra democracia.

-         Quedan por conocerse las cuestiones prácticas en su aplicación y que tendrán que estar incluidas en la Ley que el Gobierno en funciones presente a la sociedad, pero que, por las razones expuestas, en ningún caso quitarían valor a esta iniciativa.

 


Colectivo de Pensamiento y Debate Crítico

(Ateneo Republicano)


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